La cultura del maíz.
El grano sagrado La dieta básica del salvadoreño consistía hasta fechas recientes en «tortillas» (ruedas de masa de maíz, de unos quince centímetros de diámetro y uno de ancho, cocidas sobre el comal), la sal y los frijoles «parados» o frijoles sancochados. En la actualidad, la dieta se ha ampliado con arroz, verduras y algunas carnes.
Vestimenta.
En El Salvador existen diferentes tipos de trajes típicos, en la cual la mayoría son
utilizados en diferentes festividades, aunque hay algunos pueblos que aún
utilizan éstos. En el traje femenino es común ver elementos como un
escapulario, un chal, un paño y diferentes
adornos de colores, y con tela de algodón. y pueden estar con una falda y una
blusa, o un vestido, en el calzado se usan sandalias. En el traje masculino es
común ver un traje de algodón, también en la fiestas tradicionales, se utilizan jeans modernos, con una camisa de manta, en
el calzado sandalias o botas, y un sombrero. Realmente son de
carácter rural, y presentan diferentes variaciones
dependiendo del lugar.
Música y Bailes.
Está la música autóctona y la música popular. El Xuc conocida también como la Musica folklorica de salvadoreña, es un baile típico de El Salvador, que fue creado por Paquito Palaviccini en compania de Hugo Parrales, en Cojutepeque ubicado en el departamento de Cuscatlán en 1942, este ritmo nació con la famosa canción salvadoreña “Adentro Cojutepeque”, y fue compuesta en honor a las fiestas de la caña de azúcar.
Artesanías.
Una artesanía salvadoreña son las sorpresas. Bajo tapaderas que simulan frutas, huevos o gallinas (de unos cinco centímetros de alto por tres de ancho) se esconden muñecos de barro en miniatura que representan vendedoras de telas, frutas, de tortillas, de shuco, de pupusas, parejas casándose, nacimientos y hasta «picardías» de temas eróticos. Ha habido familias en Ilobasco especializadas en la fabricación de sorpresas realmente exquisitas.
Una artesanía salvadoreña son las sorpresas. Bajo tapaderas que simulan frutas, huevos o gallinas (de unos cinco centímetros de alto por tres de ancho) se esconden muñecos de barro en miniatura que representan vendedoras de telas, frutas, de tortillas, de shuco, de pupusas, parejas casándose, nacimientos y hasta «picardías» de temas eróticos. Ha habido familias en Ilobasco especializadas en la fabricación de sorpresas realmente exquisitas.
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